viernes, 29 de octubre de 2010

PISCINAS

“…ese tipo de historias que podrían empezar con un cadáver dentro de la piscina. Porque en esta historia hay una piscina, lo sé porque cada día ella se baña más o menos a la misma hora. En este momento, ya ha salido del agua y se siente mejor que al despertar. Habrá nadado no menos de cinco series de largos compuestos cada uno por una piscina a braza, por cada dos de crol y cuatro de espaldas. Escrupulosa con lo que le prescribieron en la clínica. En cualquier caso, a esta hora, ya habrá subido al coche, así que no hay cadáver flotando en la piscina.Si en lugar de estar hablando conmigo, esto fuera un guión cinematográfico en manos de mi marido, no le quepa la menor duda de que no habría sabido resistirse. Lo justificaría hablándole de El crepúsculo de los dioses y mezclaría palabrejas y cursilerías del tipo “homenaje”, “intertexto” o “clásicos modernos”. Todo con tal de acabar falseando la historia y, finalmente, arruinarla. Pero así es como suele ser. Eso suelen hacer los hombres con las mujeres…”

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